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"Lo que dicta el Corazon"

 

" ... Lo que dicta el corazon... "   Por: Antonia Hibiki.
 
 
 
Aquella había sido la realidad... la única realidad... "¿Por qué no la vi antes?" Se preguntaba golpeándose la cabeza una y otra vez... Estaba enamorado... esa era la única respuesta a esa pregunta... Pero ella era para él, o tal vez... eso pensaba Yagami... Siempre había sido de él, siempre... él era el único que se preocupaba de sobremanera por ella en el Digimundo... nadie más que él... pero... él nunca fue el elegido por ella... Matt era el verdadero amor de su cielo... de la portadora del Amor. Pero... nunca había querido verlo... hasta... ahora...
 

"- Sora... yo deseo hablar contigo... es algo muy importante...
Sora había dejado de practicar tennis por unos momentos. Sonrió como siempre suele hacerlo hacia su mejor amigo... él, algo sonrojado le ofreció asiento en una banca de la plaza en la cual se encontraban. Sora estiró sus brazos, el ejercicio del paleteo la tenía cansada. El joven de cabellos cafés miró desde los pies a la cabeza a Sora, como si fuese el ser más maravilloso del universo... para él lo era...
 

- Y bien Tai... ¿Qué es lo que tienes que decirme?

- Yo... Sora, quiero decirte que te quiero mucho.

- Yo también. Tú lo sabes, ¿Eso era? - le preguntó sacando de su bolso una botella con agua. Tai  la miró y apretando sus manos dijo:

- No... Sora... yo te amo...

En el instante en que el chico dejó de pronunciar las últimas palabras, a Sora se le cayó de las manos la botella de agua, derramándose por el suelo al igual que las lágrimas en su rostro...

- Tai... Pero... es que yo... - balbuceó mirando los ojos de su "amigo".

- Sora - dijo poniendo su mano en la mejilla de esta- no llores...

- Pero... es que... ¿Por qué de mí? Tú eres como mi hermano, no es posible.

- ¡Ya basta! ¿Cuándo dejarás de verme como tu hermano? Entiende que no lo soy- gritó exasperado sacando su mano del rostro de ella y mirándola... mirando aquellos ojos que el tanto ama.

- Tai... yo... aún no quería decírtelo... Yo... estoy enamorada de Matt... - sollozó esquivando su mirada...

- ¿De Matt? P-pero no... Sora... ¿Por qué no me lo dijiste antes? ¿Eh? - preguntó acercándose a la muchacha de 14 años. Ella con tristeza le respondió:

- Porque... porque yo te quise por mucho tiempo Tai pero, el amor que sentí hacia ti desapareció... al estar... con... - hizo una pausa al ver los ojos llenos de furia y tristeza de Tai - yo jamás quise hacerte daño... - susurró llorando y poniendo una mano y apretando su pecho- nunca lo deseé.

- ... Tontos... ¡Debieron decírmelo desde el principio! - Gritó con los ojos llorosos. No podía creerlo... su mejor amiga estaba enamorada de su mejor amigo... era imposible... el corazón del joven no lo aguantaba... necesitaba golpear a alguien... ese alguien era...

- Tai... - le llamó acercándose a él y tomando una de sus manos- amigo mío... perdóname... por favor...

- ¡NO! Sora... Aquí hay solo que perdonar esto- dijo avanzando hacia ella y tomándola de los hombros, la atrajo hacia él y... La besó. La portadora del amor abrió sus ojos asombrada y, con el corazón a punto de estallar dejó escapar lágrimas de sus ojos... No pudo siquiera moverse... no podía definir sus sentimientos... Amaba más que a su vida a Matt, pero Tai le estaba provocando sentimientos nuevos para ella... dolor... arrepentimiento... y placer... no sabía porque pero aquel beso le había causado desagrado y placer... pero el amor que sentía por Matt era aún más fuerte que nada y, logró reaccionar.

- ¡No! Tai, no lo vuelvas a hacer- dijo molesta al separarse de él bruscamente. Él la miró y tocándose los labios se fue del lugar, susurrando unas palabras que el viento hizo llegar a los oídos de Sora. "Perdóname... pero... es lo que siempre quise hacer... mi amor"

Así había sucedido... jamás había llegado a pensar que Sora amara a Matt... "De haberlo sabido antes..." pensó volteándose en la cama y mirando el techo... de aquello ya había pasado 3 meses. Él seguía queriendo a Sora, aún le quería pero el amor por ella seguía vigente, pequeño y escondido en su corazón, pero aún seguía. Había aprendido a ocultar aquel sentimiento y había vuelto a ser amigo de Matt, claro, luego de algunos golpes... 

" Matt terminaba de firmar algunos autógrafos a las chicas que habían asistido a él concierto que acababa de terminar, se sentía cansado y su mente vagaba en otro lugar o en otra persona especial para él... se sentó mientras sacaban del camerino a las chicas que eufóricas querían alguna prenda del joven rubio. Suspiró cerrando los ojos y la imagen de su bella amada venía su mente... la quería tanto... y muy pronto le confesaría sus sentimientos, solo le incomodaba su timidez con ella y su amistad con Tai, ya que él sabía cuánto amaba a Sora... pero así y todo, le confesaría sus sentimientos a la pelirroja.

Abrió los ojos de golpe, al sentir como tocaban bruscamente la puerta, tal vez era alguna fanática que había burlado la vigilancia y quería verlo, pensó. Se puso de pie sin muchas ganas a abrir la puerta. Al abrirla se llevó una gran sorpresa...

- ¡Matt! - gritó un chico de tez morena al entrar y con su puño, golpear el rostro de Matt. Este asombrado retrocedió unos pasos y tocándose la mejilla golpeada dijo:

- ¡¿Qué demonios te sucede Tai?!

- ¡Cállate! - gritó volviéndolo a golpear, solo que esta vez el chico no recibió el impacto.

- ¡Idiota! - dijo golpeándolo, Tai no logró esquivar este golpe, y lo recibió en todo su estomago.

Yagami cayó de rodillas, con los ojos cerrados... Matt al acercársele pudo notar que unas lágrimas caían de sus ojos. Preocupado se arrodilló frente a él y dijo:

- Tai... disculpa, te golpeé muy fuerte... ¡pero tú empezaste!, ¿me dirías que ¡rayos te pasa!?

- Tu... es tu... es tu maldita culpa... - balbuceó mirando al chico rubio.

- ¿Mi culpa? ni siquiera sé que sucede...

- Ella... ella te eligió a ti Matt... - al decir esto lo miro a los ojos, aguantando su dolor y deseo de llorar lo golpeó nuevamente y le susurró en su oreja: "Perdona, pero tenía que hacer esto... ´Matt´..."

Se puso de pie y dejando a Matt desconcertado por lo extraño que había sucedido, se fue...

En fin... eso había sucedido... tantos impulsos... por un rechazo... por un rechazo y amor imposible... en fin... así había pasado... ellos ya eran novios, para pesar suyo... Sora seguía siendo su amiga, su mejor amiga... su casi hermana... "Ah... Sora..." seguía suspirando por ella. Extrañamente nunca había podido llorar nuevamente por aquello, ya no... Tal vez era un signo de madurez o... no hallaba la forma de sacar de su corazón esa pena. Cierra los ojos, tan solo escuchando el latido de su corazón. Son tantas los sentimientos, pensamientos... tantos...

- ¡Tai! - le llama su pequeña hermana. Tai hace como si no hubiese escuchado y se pone boca abajo en su cama...

- Vamos, Tai tenemos que ir... ¿ah? Tú lo quisiste.

La muchacha abre la puerta y observa a su hermano, le diría que sabe por lo que pasa pero no es el momento ni tampoco sabes que palabras usar. Se acerca a él y utiliza el medio que nunca la ha defraudado al momento de despertar al chico... cosquillas... al poner sus manos en la espalda de este, escucha como empieza a quejarse y a reírse... echo que la hace sonreír.

- ¡Jajá jajá! Ya... ya... ya no... Ka... Kari... ya no... Jeje - sonríe este dándose vuelta y mirando a su hermana que había dejado de causarle risa. Ella le sonríe y dice:

- Supongo que ahora si iremos, ¿No? Tai...

- De acuerdo... vamos... - cede este haciendo que su hermana se lance a sus brazos llena de júbilo.

- Gracias, recuerda que para esta vez, por fin, Mimi logró venir. Y ahora si estará completo el grupo.

- ¿Mimi? Lo había olvidado... - dice este arreglando su playera.

- Claro que lo olvidaste si tienes la cabeza en la luna ¡Bien vamos!

Tai y Kari salieron de la habitación, al llegar al recibidor ambos se colocaron sus tenis y salieron. La chica llevaba su típica horquilla en el cabello y su mochila en el hombro, Tai la miró y notó cuanto había crecido, ya no era la chiquilla enfermiza que siempre protegía, ahora era una linda señorita que no necesitaba su protección... solo... la de T.K. Al caminar pasaron por varias vitrinas, de modas, de joyas y peluquerías, la cual llamó la atención de Kari, quien se detuvo y observó a una chica salir con el cabello color azul.

- Tai... ¿Qué dirías si me tiñera el cabello de color... morado? - preguntó mirando a la chica salir y caminar por la calle. Tai abrió los ojos de par en par al escuchar semejante "estupidez".

- Kari... como tu hermano mayor ¡Ni loca pienses que te dejaré hacer esa barbaridad! Eres muy pequeña- gritó alarmado, viendo el rostro de su hermana, con el ceño fruncido y por lo visto algo molesta.

- ¡No importa! siempre he querido verme con un look diferente y tu no me lo impedirás hermano. Además no es una barbaridad, no soy ni sería la primera y última mujer que se tiñera el cabello.

- Si, pero no lo permitiré, tu cabello es lindo así como esta. No hay necesidad- dijo intentando convencerla.

- Pero... Mimi me comentó que me vendría bien el cabello morado... - confesó.

- Así que Mimi... - dijo este aguzando la mirada- pues Mimi ya es más grande que tú y tiene la autorización de sus padres, que deben de estar locos al dejarla andar así por las calles, y...

- ¡Tai! Dejemos de discutir, aunque esta es una conversación pendiente... - afirmó ella dándose aires de superioridad.

- Nada de conversación pendiente ni que nada, no te harás nada en el cabello, punto final- sentenció el chico eufórico.

- ¡Kari! ¡Tai!

A lo lejos pudieron divisar la figura de una chica de anteojos redondos que los llamaba alegremente, junto con un grupo de chicos.

Al acercarse a ellos, los demás sonrieron y se saludaron.

- ¡Hola chicos! - saludó Tai olvidando su furia por unos momentos.

- ¡Hola Tai! ¿Jugamos Football? - preguntó ilusionado Davis, el nuevo portador del valor y amistad.

- Claro, pero más tarde.

- Bueno, ¿Quien falta? - preguntó Jou mirando a Izzi.

- Solo faltan Mimi, Sora y Matt - respondió Yolei. Izzi solo asintió.

- Se demoran mucho... - lamentaba T.K. mirando hacia el horizonte, por donde ellos deberían venir.

- Sí... mejor esperémoslos con las cosas listas. ¿No creen? - sugirió Caody, el menor de los digielegidos.

- ¡SÍ! - contestaron todos.

Rápidamente, los niños elegidos colocaron las mantas en el suelo, y la comida que habían traído para su día de campo. Ken  había llegado hacia muy poco y ayudó a Yolei colocar los platos en el suelo, ambos se miraban sonrojados... T.K. lo notó y los dejó solos... Al momento en que los chicos se sentaban a degustar las delicias de cada una de sus madres, Matt junto a su novia, llegaron, dejando a Tai algo sorprendido e incomodo... Se sentaron al lado de Kari e Izzi, saludándolos a todos y haciéndose participe de la conversación... aunque a Sora se le veía incómoda por estar tomada de la mano frente a  Tai.
Este solo le sonreía, tratando de esconder su malestar, cosa que hacía muy bien...

- Y bien, aquí estaban. Siento llegar tarde, el vuelo se atrasó y me fue imposible llegar antes- decía una chica de cabellos rosados, mientras se quitaba sus lentes de sol. Les sonrió a todos, y se sentó al lado de Tai.

- Toma Mimi, tu favorito- sonrió la chica de cabellos lilas pasándole a su amiga un paquete con comida, esta, al verlo se le iluminó la cara...

- Atún y mayonesa... ¡Mi favorito!

- Que coincidencia... ese es mi comida predilecta... - decía Tai al momento de pedirle con la mano a Yolei el paquete.

- ¿Sí? Algo en que nos parezcamos, ¿No Tai? - preguntó con una hermosa sonrisa que Tai devolvió... asombrado...

- Claro Mimi... claro... - decía al tiempo que la veía comer.

- Y... ¿Cómo va la banda Matt?

- Bien Jou, bien. Muy pronto tendremos otra presentación. Ojala logres asistir a esta- dijo con una sonrisa.

- Chicos, debo avisarles que no podré asistir al paseo que tendríamos en el Digimundo, ya que tengo un partido de tennis- les comunicaba Sora con una triste sonrisa. Cosa que hizo que todos bajaran la vista.

- Yo tampoco podré ir.

- ¿Tú tampoco Matt? - preguntaba Kari.

- ¿Por qué?

- Porque acompañaré a Sora, Izzi.

- Bueno, tendremos que dejarlo para otra vez, ¿No creen?- preguntó Cody.

- No, no lo creo. Mejor vamos los que podemos- sugirió Tai mirando a Sora y Matt.

- ...Hermano...

- Lo siento por ellos Kari, pero yo quiero ir al Digimundo.

- Yo te apoyo Tai... - dijo Mimi mirándole a él y luego a Matt... con una sonrisa... una extraña sonrisa...
 
La situación se estaba volviendo demasiado complicada para todos los presentes. Sora entendía que a Tai le molestaba que no fuese al Digimundo, y estuviese con Matt, pero no dejaría ese partido por Yagami. Yolei notó que lo mejor era dispersar al grupo y olvidar el tema.

- Em... Mejor... ¡Ya sé! Superior Jou e Izzi, ¿Por qué no juegan Football con Davis y Ken? - preguntó con nerviosismo.

- Claro... ¿Por qué no? - dicho esto los chicos se pusieron de pie, a jugar.

- Vamos Tai - dijo alegre Davis.

- Si hermano, ve...

- De acuerdo - dijo este apartando su vista con una sonrisa de los ojos de su amor imposible y su amigo...

- Ve tu también Matt. Déjanos a las chicas aquí - con una sonrisa de Sora, el chico se levantó, diciéndole a Mimi:

- Iré, solo porque me lo pide Sora.

Dicho y echo, el apuesto chico se levantó y se dispuso a compartir con los demás digielegidos.

Ya solas, Kari, Jolei, Sora y Mimi charlaban amenamente, olvidando lo sucedido hace pocos momentos. Las cuatro se llevaban muy bien... los comentarios de Jolei siempre las hacía sonreír.

- Oye Mimi, ¿En USA hay muchas chicas que se tiñen el cabello?

- Pues, si, y créeme que hay unas aún más locas que yo. Una vez vi a una chica con el cabello plateado fosforescente. Cuando la veía mis ojos se encandilaban- decía al momento que se estiraba los ojos con las manos, haciendo reír a las demás.

- Tu cabello es muy lindo Sora, a mí me gustaría ser pelirroja como tu- decía la chica de lentes.

- Gracias- dijo la chica sonrojándose y tocando las puntas del pelo.

- Si... pero me gusta más el rosa de Mimi- comentaba Kari viendo las estrellas que Mimi usaba en su cabello.

- Si... - asentía Mimi.

La tarde pasó sin mayor problema para los digielegidos. Tai se dedicó a jugar, calmando su malestar. Ya al atardecer los nuevos elegidos se dirigieron a sus casas, exceptuando a los mayores.

- Bueno... ¿Porque no vamos a bailar? - preguntaba con alegría Mimi.

- ¿Bailar? - preguntaron todos al unísono con gotas de sudor en la cabeza. Sora le sonrío y se acercó a ella.

- Si chicos, vamos a bailar- insistió la pelirroja.

- Yo acepto... ¿Ustedes?- Preguntó Matt.

- Yo no... Quedé de ir a dar cursos de computación- avisó aliviado Izzi, ya que bailar no era uno de sus fuertes.

- Yo puedo ir... pero solo por un rato... - decía Jou mirando su reloj de mano.

- Bien... ¡Vamos! - gritó la portadora de la Pureza...

Ya en la disco, el quinteto de chicos bailaba alegremente, disfrutando muy bien del momento. Después de bailar por un buen rato, Jou se retiró, dejando a los cuatro chicos bailando.

- ¿Cambiamos parejas? - propuso Matt. Mimi asintió y se dirigió hacia él y comenzaron a bailar. Sora y Tai se miraron y él, le sonrió, dándole a ella la seguridad de que estaban bien entre ellos. La joven se acercó a él y abrieron el baile. Matt y Mimi bailaban muy bien, sobretodo ella, ya que había recibido clases particulares de danza en Nueva York. Bailaron música pop, zamba, y disco entre otras. Al cambiar de parejas por segunda vez, comenzaron a tocar música lenta.

La pelirroja y Matt se miraron con ternura a la vez que se abrazaron para bailar juntos... muy juntos... Todas las parejas del lugar comenzaron a bailar así... Mimi y el chico de cabellos rebeldes se miraron y ella, tomándole una mano le susurró...
"¿Bailas esta balada conmigo, Tai?" Él, sonrojado se acercó a ella y bailaron... o intentaron hacerlo.

- Tai, ¿Nunca haz bailado música lenta? - preguntó ella, con una sonrisa divertida, al tiempo que el sonrojado bajaba la vista.

- ...

- Bien, te enseñaré... mira... tienes que...

La chica tomó sus manos y las puso en su cintura, que se encontraba descubierta, ya que ella andaba vestida con un polo corto, sin mangas de color lila y una minifalda color azul claro. Tai seguía ruborizado. La jovencita, lo miró con las mejillas rosadas, poniendo sus brazos alrededor del cuello del chico. Mimi comenzó a moverse despacio, y él la seguía. La canción era muy romántica, y ella se fue acercando cada vez más al chico, tanto que sus cuerpos parecían estar pegados... Ambos sin saber muy bien la razón comenzaron a moverse, muy sensualmente, sintiendo la canción, olvidaron por esos segundos que había más personas, solo existían ellos dos...
Sin razón aparente la canción les hacia sentir sentimientos que nunca habían sentido antes, un cariño, un deseo, una... pasión... Mimi pasaba sus labios por los hombros de este, a la vez que le acariciaba el cuello y el cabello.

Tai Yagami en realidad no entendía lo que sentía... pero no le importó, se dejó llevar por el corazón. Había acurrucado su cabeza en el cuello de ella, sintiendo el calor de su cuerpo y oliendo su perfume, el cual era delicioso. Sentían una calma inmensa en sus corazones, una calma nunca antes sentida. Ambos tenían los ojos cerrados, haciendo más íntimo el momento... La mente de la chica de cabellos rosados le decía "... Realmente me siento bien en los brazos de Tai... ojala esto no terminara" y su corazón, tan solo latía fuertemente al igual que el del.

"Si aún amo a Sora, ¿Qué es lo que siento en estos momentos?" Miró a la chica, y notó que sonreía. Lo que lo hizo sonreír a él también y acariciar son mucha delicadeza su espalda. Al hacerlo, de los labios de Mimi salió un suspiro, que estremeció a Tai. Ella al sentir temblar el cuerpo de su "amigo" le susurró nuevamente... "Tranquilo... Tai... tranquilo" Él sonrojado a más no poder, le susurra " Sí... Mimi" Se miraron... unieron sus miradas, las cuales expresaban cariño mutuo... Mimi levantó su mano derecha y acarició la mejilla del, a la vez que él la miraba con infinita ternura y besaba los dedos de esta. Ella lo miró y lentamente cerró sus ojos y se acercó a los labios de Tai, él hizo lo mismo, y en el momento en que sus labios se juntarían por primera vez... la canción terminó... las luces, que por la música habían bajado haciendo más oscuro el lugar, volvieron, con sus miles de colores, ambos miraron a su alrededor e intercambiaron miradas, miradas que demostraban asombro, miedo y cariño, todo junto, descifrado en el lenguaje del corazón. La música comenzó a sonar con más fuerza, los cuerpos que bailaban juntos se separaron y comenzaron a moverse más rápido y con más agilidad que antes. Dejaron de mirarse y se dieron cuenta como estaban, cosa que los hizo separarse con rapidez, ruborizados miraron a sus amigos quienes terminaban de darse un beso... en los labios... Tai sentía un dolor interior increíble... pero soportable... mientras que su acompañante se apretaba el pecho, conteniendo su tristeza y sufrimiento... los cuatro presentes intercambiaron miradas, de molestia, rencor, sufrimiento, dolor, tristeza... y muchos más sentimientos que cada uno recibía. Sin palabras los c
 
- Mm... Son las 11:10... ¿No deberíamos irnos? - preguntó Sora viendo un gran reloj que había en una pared.

- ... Si... es lo mejor... - balbuceó Yagami para sus adentros. El rubio chico lo escuchó y tomando de la mano a su novia, salió del local. Mimi lo miró.

- Nosotros también Tai... - le dijo con una sonrisa que lo cautivó.
Salieron detrás de los novios, sonriendo con cierto pesar. Ya en la puerta de entrada...

- Bueno, yo iré a dejar a Sora... Tai... tú- dijo mirando a Mimi...

- Me iré sola... no te preocupes... no hay necesidad, de veras que no la hay - dijo sonriendo con los ojos brillantes, Tai la miró... esos ojos... se veían tan tristes...

- Hasta luego Tai... espero nos veamos pronto Mimi - se despedía Sora, agitando su mano...

Se fueron caminando, poco a poco ya ni Tai ni Mimi lograban verlos... de pronto ella, le habló...

- Que bueno que se fueron... ya no aguantaba más... - decía mientras que sus ojos titilaban débilmente... a la vez que lágrimas recorrían su bello rostro... el muchacho, asustado de no saber qué hacer ni decir, solo se acercó a ella... la tomo de los hombros y la acercó a su pecho... acto que dio seguridad a la chica, llorando con más tranquilidad... Mimi sentía el corazón del valiente chico... latir a una velocidad impresionante... apenas distinguía el de ella al escuchar el de Tai.

- Mimi... vamos... debo dejarte en tu casa- con una sonrisa ella asintió sin poder pronunciar palabra, solo tomo su mano en símbolo de agradecimiento... volviéndose a sonrojar caminó junto a ella, sintiendo algo muy cálido y especial en su corazón.
Caminaron sin prisa alguna... nada les apuraba... además que no querían llegar al lugar indicado... no querían separar sus manos... no querían despedirse... y menos que nada querían dejar de verse. Mientras caminaban una leve brisa los acompañaba, brisa que mecía los cabellos de Mimi, cosa que la hacía verse...

"Linda" susurró sin querer en voz alta, ella lo miró y nunca creyó que bajo la luz de la luna mirara a Tai  con otros ojos, con otros sentimientos... el se sonrojó, ella también y deteniéndose en un poste de luz, se quedó observándole...

- Mimi... yo... - titubeó.

- Nada... solo... disfrutemos... el momento... - decía acariciando su mano. Sonriéndole nuevamente se encaminaron y el viento volvió a seguirles en aquella cálida noche de sentimientos... para tristeza del joven de cabellos rebeldes, llegaron al hogar de su amiga... Mimi llegó a la puerta, junto con él. Seguía sosteniendo su mano, ella, no quería soltarle... nunca... se colocó delante de él, giró y volvieron a mirarse, aquellos ojos cafés de Tai, la tenían vuelta otra joven, otra que tenía otros sentimientos hacia él...

Tai observaba sus ojos claros, casi de color miel... eran encantadores, y sus labios, tentadores... el momento parecía eterno. Y ojala así hubiese sido.
La muchacha se acercó a él, tanto como cuando bailaron lentamente... inesperadamente él la tomó de la cintura, ante la mirada asombrada y las mejillas rojas de ella. Se acercó a su cuello, y olió el perfume que tanto le había agradado... ella, sintió un escalofrío ante aquel gesto... él la miró a los ojos y susurró " Tranquila Mimi... tranquila..." ella, le sonrío y se acercó a sus labios, cerró con suma delicadeza sus ojos y Tai, tomando su mejilla acercó su boca aún más a sus labios, sellándolos junto a los suyos. Por primera vez aquellos labios se encontraban, por primera vez se besaban... Sentían una felicidad inmensa, sentimientos que no podían distinguir... Mimi saboreaba y disfrutaba de los carnosos labios de Tai, y él solo degustaba la boca de ella. El primer beso fue largo y extenuado, saboreando sus bocas con mucha tranquilidad, pero a medida que el beso avanzaba sintieron inmediatamente la necesidad de algo más... Mimi sin dudarlo lo abrazó y se entregó de lleno en el beso a aquel que por lo sucedido en tan solo una noche, no sería más que su amigo. Tai respondió al gesto de Mimi acariciando sus cabellos y la mejilla de ella. Sus corazones... estaban juntos... sin realmente desearlo, se fueron separando con lentitud. Ya al quedar sus labios separados pero aún abrazados entre sí, abrieron sus ojos... Lo que hizo que Tai viera las mejillas sonrojadas de Mimi, junto a ese par de ojos miel que lo miraban rebosantes de felicidad, sin una pizca de arrepentimiento. La miró con ternura... Realmente ¿Qué había sucedido en tan solo segundos? ¿Qué sucedió con su amor por Sora?... no lo sabía... y sinceramente, ¿Quería saberlo?

- Tai... yo... estoy... tan feliz... - confesaba Mimi aún sonrojada.
- Mimi... yo... no sé... lo que me impulso a...- Sshht... No digas nada... por ahora, no digas nada... - pide acariciando sus cabellos castaños. Él asiente... y sonriéndole se vuelve acercar a ella, deseoso de más... juntaron sus labios en nuevos besos, que cada vez eran más deliciosos y dulces, con más cariño por parte de ambos. El muchacho la abrazó firmemente, sin querer separar aquel esbelto cuerpo del suyo. Ella tampoco quería separarse de él, pero después de momentos de cariño y pasión, Tai la separó empujándola con lentitud por su cintura. Mimi estaba prendida de esos labios, cosa que le costó separarse de ellos. Al alejarse de él observó los ojos marrones del joven, ojos que demostraban cariño. Ella le sonrió y dejó de sonrojarse.

- Mimi... estás en tu casa... Creo que es momento de retirarme... - decía sin apartar su vista del par de ojos miel.

- No quiero dejarte ir... - confesó con una seductora voz. Tai se ruborizó al instante al escucharla hablar así. Ella sonrió con picardía.

- ...Mimi... - logró decir apenado.

- ... Pero si me lo pides... aceptaré... soltarte...

- Mañana vendré... - dijo con las mejillas ardiendo. Mimi se acercó y lo beso de nuevo, un beso en el cual su lengua saboreo los labios del al terminar. Luego inclinándose a su oído le susurró " Te quiero... Tai..."

Tai no lo podía creer... ella lo quería... ¿Cómo era eso posible? ¿Cómo Mimi se interesaría por Tai de tal forma?... No entendía él porque, pero él haber escuchado "Te quiero Tai" de la muchacha lo hacía sentir feliz, realizado y afortunado... Por aquellos momentos ya no le importó nada, nada, Sora ya no existía en su corazón, o al menos así había sentido en su alma. A pesar de lo feliz que estaba no dejaba de confundirse, tenía que ordenar sus sentimientos... o... Solo dejarse llevar por el corazón.

Se acercó a ella por un último beso más, besó más largo que los anteriores... pero con la misma intensidad. Terminando aquella demostración de amor, acarició la mejilla izquierda de Mimi con mucha ternura, observando cada detalle de su rostro... cada perfecto detalle, cada rasgo que mostraba feminidad... Ella le miraba con los ojos expectantes y alegres... con un especial brillo que él, nunca había visto en ella. Mimi seguía apretándole la mano, entrelazada con la suya. Ella se acercó por una última vez y le besó la frente. Con gran pereza deslazó sus manos... se alejó unos pasos y sin dejar de mirarle le sonrió. Mimi solo tocó sus labios y le tiró un beso al aire. Dio media vuelta, sonrojada y entró a su casa. El portador del Valor miró la puerta unos segundos, tocó su frente y dándole una mirada a la casa se retiró...

Caminaba con mucha lentitud por la calle... tocando ahora sus labios, que ardían por los besos que le obsequió Mimi minutos antes. Nunca en la vida creyó que algo así sucedería entre el y Mimi... No definía si era atracción o... amor... "Amor"
Creía haber sentido Amor solamente por ella... Sora... pero... el sentimiento de parecía bastante... era casi igual... y ahora, que ya ella estaba en su casa, luego de sentimientos encontrados por parte de ambos, deseaba verla, quería más besos de Mimi... Era un deseo irrefrenable de volver a tenerla entre sus manos... entre sus brazos, acariciar aquella espalda, tocar esa pequeña cintura, degustar esos labios... Pero lograba contener su sed de deseo hacia ella. Todo lo que sentía era un revoltijo, un revoltijo... "¿Acaso se puede amar a dos mujeres a la vez?" Se preguntó... e imaginando la imagen del Amor y la Pureza... entendió lo que sentía por cada una de ellas... sin saberlo a ciencia cierta.
Despertó... "Qué... ocurrió...?" Se preguntó aún adormilado... abrió un poco los ojos... ya había amanecido... el sol entraba por su ventana, la cual se encontraba abierta y al son del viento las cortinas se mecían. Tai suspiró, poniéndose con lentitud de pie... recordando la noche anterior... la "emocionante" noche anterior... Inconscientemente, o tal vez por un rápido latido de su corazón susurró "Mimi"... al hacerlo se sonrojó levemente. Volvió a suspirar... Se encontraba de pie junto a la ventana, sintiendo la suave brisa matinal en su rostro... y aquel sol que comenzaba a salir. Pensó, que ese sol era muy parecido a lo que sentía por Mimi... era algo hermoso y agradable pero era nuevo y crecía con rapidez, al igual que el sol que empezaba a salir completamente. Estaba aún impactado por lo que le había tocado vivir el día anterior. Pero, no le importaba tanto, solo sentía un afecto (casi) tan grande como el que sentía por Sora. Y todo por un beso... ¿O no? O tal vez su "amor" por la pureza había existido siempre y ¿Se había encaprichado con Sora? Era muy posible... Aún así, Mimi era muy desagradable la primera vez que la conoció, era una chiquilla malcriada, a la cual se le tenía que dar en todo en charola de plata... no, mejor en charola de oro... él en la aventura al Digimundo con la cual tuvo que convivir con ella, solo trataba de darle en el gusto para que se callara y así él pensar en donde continuar su camino. Por ende, le hablaba muy poco, casi nada, más bien era Sora la que se encargaba de hacerla callar e impedir que siguiera llorando. En realidad Matt le hablaba mucho más de lo que lo hacia él. Nunca había dado cuenta de eso...

- ¡Tai! Tienes una llamada telefónica- chilló Kari... Tai como saliendo de un sueño parpadeó y se encaminó a la puerta. Con desgano la abrió y miró a su hermana sonreírle y apuntarle el teléfono. Le respondió la sonrisa, pero, no como siempre... era diferente... ella solo frunció el ceño... queriendo decirle algo... pero aguardó a que terminara de hablar.

Tai tomó el auricular, ansioso de que fuera "ella" la que lo llamaba. Al ponerlo en su oreja sintió como su corazón se aceleraba. - ¿Aló? - preguntó... nervioso...

- ´Tai´... ¿Cómo estás amigo?

Era Matt... su corazón volvió a su velocidad normal y con molestia respondió:

- Bien... ¿Pasa algo Matt?

- En realidad... si... - notó la voz de Matt dudar al seguir hablando- ¿Dejaste a Mimi en su casa?

- Por supuesto. No permití que se fuera sola... era ya bastante tarde... y como tu te llevaste a Sora...

- Ah... sí... Gracias...

- ¿De qué? - preguntó este intrigado.

- De haberla ido a dejar...

- Era mi deber... supongo... estaba... algo triste... - contó con preocupación... Matt que siempre había sido más observador que Yagami, sonrió con tristeza y entendiendo el sentimiento que su amigo aún no había descifrado le preguntó:

- ¿Nos podemos ver a la tarde?

- ¿A la tarde? Bien, pero llegaré... algo atrasado...

- ¿Por qué? - Quiso saber este.
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